2 feb 2014

Reseña: Un árbol crece en Brooklyn, de Betty Smith.

Título: Un árbol crece en Brooklyn
Autora: Betty Smith
Editorial: Lumen
Edición: Julio, 2009 (Colombia); originalmente publicada en 1943
504 Páginas
Tapa blanda con solapas


Sinopsis: Corren los años veinte del siglo pasado y descubrimos a la pequeña Francie Nolan leyendo sentada en la escalera anti-incendios  de su casa, a la sombra de un árbol que solo crece en los barrios más pobres de las grandes ciudades. Poco a poco, la mirada se aleja de la chiquilla para abarcar a la estrafalaria familia Nolan, que malvive en un barrio de Brooklyn. Conoceremos así a sus padres, a su hermano y a la entrañable tía Sissy, que usa a los hombre para aplacar sus instintos maternales.

Francie crece rodeada de los libros que tanto le gustan y pronto empieza a preguntar y a pedirle a la vida algo más que un triste acomodo en la mediocridad. De esas hermosas y tercas ganas de saber nace Un árbol crece en Brooklyn, una novela donde cualquier detalle de la vida doméstica revela un mundo hecho de apuestas y deseos, donde los personajes son tan próximos que nos duelen sus dolores y donde el sueño americano cobre por fin peso y color.

Mi opinión sobre el libro:

La protagonista de la historia es Francie Nolan, una pequeña que se ha propuesto leer todos los libros de su biblioteca local, devorando uno por día. Ella, junto a su hermano menor Neely y sus padres, viven en la pobreza, en Brooklyn, un barrio lleno de inmigrantes que luchan a diario para sobrevivir. 

A diferencia de lo que podría pensarse, el libro no es triste, sino que la autora hace resaltar la belleza del lugar y de los acontecimientos, a través de los ojos maravillados de nuestra protagonista. Y no sólo conoceremos la vida de Francie, sino que también nos acercaremos a la vida de su abuela, sus padres y sus encantadoras tías, especialmente la tía Sissy.


"Siempre había música. En aquellos lejanos veranos se bailaba y cantaba en las calles de Brooklyn. Aunque los días podían parecer alegres, había algo triste en aquellas tardes estivales, en aquellos chicos de cuerpo flaco, pero todavía con las curvas de la niñez en el rostro. (...) Eran vagabundos, tenían hambre y carecían de talento musical. Lo único que poseían era espíritu para apostarse en un patio gorra en mano y  cantar a gritos. Era triste saber que ese espíritu no les servía de nada y que estaban irremediablemente perdidos, como parecía estarlo todo el mundo en Brooklyn cuando atardecía y los rayos del sol, a pesar de brillar con firmeza, eran ya débiles y no daban calor". Página 123.

El libro se divide en cinco libros, que podría decirse son etapas de la vida de los Nolan, y éstos a su vez se dividen en capítulos. El ritmo de la historia es algo lento, pero no me aburríió en ningún momento. No es el tipo de lectura que te mantiene enganchado impidiéndote soltar el libro, pero la historia te atrapa de modo que no quieres que termine y te deja pensando un poco cada vez que lo cierras. La autora se vale de hermosas descripciones en la narración numerosas veces para acercarnos más al ambiente, y podríamos pensar que hemos estado en el mismo Brooklyn, cosa que podría fastidiar a personas que prefieren libros con una mayor cantidad de diálogos.

Podría decirse que es una compilación de acontecimientos de la vida diaria de los Nolan (cosa que no lo hace aburrido), donde nos enterneceremos con las ocurrencias de los hermanos, nos molestaremos y sentiremos impotencia cada vez que alguien hiera a la familia, nos alegraremos con ellos y nos sorprenderán las mismas pequeñas cosas que sorprenden a Francie. El resto de los personajes también se ganarán nuestro corazón (o nuestro odio) y no nos dejarán indiferentes.

Conforme Francie y su hermano crecen, y las experiencias que han atravesado los cambian, el ritmo de la historia acelera un poco, y ya en las últimas cien páginas los años pasan mucho más rápido.

"Francie no llegaba a comprender por qué la heroína no se casaba con el villano. Probablemente eso resolvería el problema del alquiler y, además, tratándose de un hombre tan enamorado de ella que habría soportado toda clase de sufrimientos, no era para desdeñarlo. Además, él andaba siempre por allí cerca mientras que el otro siempre estaba lejos en sus andanzas".

Recomiendo ampliamente este libro, y si no he dicho mucho acerca de la historia es para que ustedes descubran su belleza al leerla, porque es un libro muy bonito. Aunque no está repleto de acción ni de grandes giros, da gusto leer a esta autora, que nos emociona y le da una increíble belleza a cosas que de otra forma nos parecerían corrientes y poco importantes, o que son realmente tristes dado la gran pobreza y melancolía que están presentes.

Este libro fue adaptado al cine en 1945, de la mano del director Elia Kazan. Además, se cree que es una novela autobiográfica de la escritora pues tiene muchas simiitudes con su vida y cuando se le preguntaba acerca de esto, ella respondía que "lo que ahí se contaba era su vida tal y como habría debido ser, no como realmente fue".

Sobre la autora: Betty Smith, cuyo verdadero nombre era Sophina Elisabeth Wehner, nació en 1896 en Brooklyn, hija de inmigrantes alemanes. Se dedicó primero al mundo del teatro, pero el éxito extraordinario de Un árbol crece en Brooklyn, publicada en 1943, la convirtió en una escritora famosa y la animó a seguir la carrera de novelista con otros tres textos narrativos. En 1944 el director Elia Kazan debutó en el mundo de cine con la adaptación de esta novela. 
Casada dos veces y madre de dos hijas, la autora murió en su casa de Chapel Hill (Carolina del Norte) en 1972. 




¡Ojalá le den una oportunidad! Y si ya lo leyeron, cuéntenme si les gustó en los comentarios.
¡Feliz inicio de semana!

Con aprecio,




 
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